Menuda tarea la de ser padres…..

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Opinion

EDUARDO EMILIO RAMAL Orientador Familiar Universidad Austral
Cel. 0221-5652244

Menuda tarea la de ser padres en el 2021. Pero alguna vez fue fácil ser padre? Claramente que no, porque educar amando  es una tarea compleja y de mucha dedicación.

Pero cómo se llega a ser padre? Porque es muy importante el comienzo para ver la obra en perspectiva. Si se llega de casualidad, por un descuido, porque no supimos controlar los impulsos, porque nos dijeron que ninguna acción nuestra tiene consecuencias, que sólo era placer, entonces ya enfrentamos el primer gran desafío: personal y comunitario. Personal porque tenemos que tener una postura decidida al respecto. Y comunitario porque el niño que viene tiene que ser una buena noticia para la familia de los padres y un ser valioso para su comunidad.

También se llega a ser padre por una decisión vital, porque en pareja han decidido traer al mundo a un niño. Siempre será un desafío personal y comunitario, pero en éste caso ya es parte de un proyecto de vida.

Tienen tanta importancia estas distinciones? Veamos.

La llegada de un hijo implica tener presente que habrá consecuencias de todo tipo: personales, de pareja, de familia, económicas, sociales. Pero acaso la mayor consecuencia es la de ser responsables de la vida de otra persona. Persona que necesitará no solamente el sustento material para desarrollar una buena vida, sino especialmente una gran dosis de afecto, de acompañamiento, de educación para poder enfrentar la vida de adulto a la que todos estamos llamados a vivir.

Es tan importante ese bagaje de amor, educación y compañía que su buena o mala realización redunda en incontables perjuicios para esa persona a nuestro cuidado. Una familia disfuncional o conflictuada puede ser, y normalmente así resulta, el ámbito en dónde germinan las peores consecuencias para los hijos. Las estadísticas son reveladoras, especialmente si se trata de trastornos o patologías producto de la dinámica familiar enferma.

Por eso ser padres debe y tiene que ser un proyecto de vida, esa nueva criatura necesitará desde el vientre materno todo el amor y trabajo posible. Nuestros hijos son el producto de su propia genética y de las experiencias de vida que tengan, cuanto más valiosas sean esas experiencias de vida mayor será el beneficio que ellos aquilaten.

Nuestra mirada hace que cambie la vida de la otra persona. En psicología se la llamada la mirada apreciativa. En nuestro hogar y en la escuela debería haber esa mirada para educar, que en la escuela se ayude a complementar la educación dada en casa y en la casa se eduque en valores, en socialización, en humanidad, para complementar la educación dada en la escuela.

La mirada esa es la que recordamos en las personas que nos han marcado en la vida, porque esas personas nos hicieron emprender desafíos que mejoraron nuestra vida y ser más nosotros mismos. Cada quién puede tener sus recuerdos, en mi caso particular, me ví rodeado de muy buena gente, mi madre y mi padre, distintos, pero muy valiosos; mis tíos, y mi abuela Juana que cuando le preguntaban el nombre decía: “Juanita Bidegain de Altuna” y que fue la que me enseñó a rezar y a tener orgullo de ser quién soy.

Marcel Proux decía en un aforismo: “Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia” y esta actitud es en educación un gran impulso. Porque mejor padre será aquel que sepa cuando cambiar, cuando mejorar en su condición, en sus manifestaciones, en su comportamiento para ser para su hijo un ser positivo y valioso.

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