OPINION
EDUARDO EMILIO RAMAL Orientador Familiar Universidad Austral
Cel. 0221-5652244
Cuál creen que sería la respuesta de una persona a la que se le preguntara: que es lo más importante, lo más valioso que tiene? Casi invariablemente contestan mi familia y …… Claro que estoy hablando de personas adultas, pero incluso muchos jóvenes, adolescentes, y hasta niños.
Me preguntaba un papá en una sesión cuando era el mejor momento para hablar con su hijo adolescente: ¡ahora!! fue mi respuesta. En estos casos se aplica a rajatabla el dicho que dice: no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
Hay adolescentes o adolescencia?
Para muchos padres hay adolescencia. En mi experiencia con adolescentes, una de las enseñanzas más importantes que rescaté es que antes que hablar hay que callar, y sobre todo respetar los tiempos. Un adolescente es por definición una persona que está transitando la etapa que lo ha hecho saber que ya no es un niño y que al cabo de esta etapa será una persona adulta.
Stanley Hall en 1904 utiliza esta palabra adolescencia para definir esta etapa de la vida. Antes solo se hablaba de pubertad y de jóvenes. Y así va saliendo a la luz las etapas de la adolescencia: adolescencia temprana o pubertad, adolescencia media y adolescencia final o juventud.
Como siempre las estadísticas son realmente muy gráficas sobre esta etapa vital y así en muchos países se verifican rasgos adolescentes en personas de más de 35 años y con el agravante de ser padres de familia en muchos casos.
Pero a nadie le resulta extraño que cuando se recuerda la adolescencia se concluye diciendo que es la etapa más linda. Todo ello en el marco de una vida normal o corriente. Pero hay muchos casos de adolescentes que han tenido que sufrir muchas contingencias en su vida que dudo la recuerden tan idílicamente.
Pero volvamos a los padres y su relación con sus hijos adolescentes.
Normalmente es una etapa en la que el padre recuerda que su hijo era un niño muy obediente, compañero, respetuoso, cariñoso, y de pronto empezó a comportarse como un energúmeno. Ahora se encierra en su pieza y está con su celular y no existe para la familia. Cuando le pedimos que nos ayude en algo suele enojarse y ser irrespetuoso con la madre o con quién sea. Y así podría seguir escribiendo frases que he escuchado de los padres que han tenido sesión conmigo.
El simple paso del tiempo no puede ser el detonante de que un niño se convierta en un monstruo. Hay algo que ha pasado, hay un proceso evolutivo que ha hecho que esa persona cambie, y normalmente para bien. También hay algunas diferencias entre varones y mujeres. Claro que en lo inmediato necesitarán de la paciencia, la comprensión, el amor y el acompañamiento de sus padres.
El primer paso es reconocer cuales son los errores que han cometido los padres, los que posiblemente estén cometiendo en el presente y prepararse para no repetirlos en el futuro. Es de lógica pura que nadie nació con un manual para ser padre, ni que nunca va a equivocarse, pero lo importante en todo caso será ver qué se puede hacer para trabajar en todo ello y a quién o quienes deberíamos recurrir para asesorarnos. Actitud esta última que siempre hacemos cuando vamos a invertir dinero, a realizar un negocio o a comprar algún producto. Si esos hechos que suelen ser irrelevantes muchas veces, cuanto más habrá que adoptar medidas cuando se trata de lo más valioso que tienen los padres: sus hijos.
Me gusta siempre hablar de desafíos, porque la vida es un desafío permanente, una aventura con principio y sin final previsto o sabido de antemano. Por eso me permito decirle a los padres de adolescentes que la tarea es todo un desafío, que debió empezar desde muy pequeños, pero que nunca se debe bajar los brazos, porque un hijo no sólo es valioso por ser hijo, sino por ser persona.
Me prometo seguir ahondando en el tema, porque hay mucho para reflexionar y comentar.