Daiana Farrer es nadadora de aguas abiertas y aguas heladas y fue la primera persona en cruzar el Lago Lacar, en San Martín de los Andes, en la estación más fría del año sin neoprene. Ahora busca apoyo para superar sus propios límites. Lanzó la campaña 1 peso x 1 metro de nado.
El año pasado la montehermoseña Daiana Farrer cruzó a nado, en malla, en pleno invierno, el Lago Lacar.
Fue la primera persona en hacerlo de este modo.
La disciplina no estaba demasiado desarrollada en San Martín de los Andes y, al principio, costó ganarse la confianza de las instituciones del lugar.
“Prefectura estaba lista para ir a sacarme del agua. Nadie tenía fe de que lo iba a lograr”, contó.
Hizo 2,4 km en 1h y 6’ de nado y se ganó el reconocimiento y la confianza de la secretaría de Deportes de San Martín, la Municipalidad, Parques Nacionales y Prefectura.
Este año, por no poder viajar al circuito internacional por la pandemia -las restricciones no favorecen a los latinoamericanos- optó por desarrollar el deporte en el país.
“Me propuse aumentar la apuesta e ir por los 7 lagos. Surgió el desafío de cruzarlos en pleno invierno, en malla, y hacerlo de un tirón”, contó.
Todo está previsto: llegará con su equipo el 16 de agosto a Villa La Angostura y el 19 va a cruzar el Nahuel Huapi por el lado del brazo Última Esperanza.
Planea cruzar un lago cada tres días y nadar distancias no mayores a un 1k porque cualquier retiro del agua y traslado al hospital implica unos 40 minutos de logística.
El 22 de agosto estará cruzando el Espejo Grande y luego el Villarino, Falkner, Hermoso y Machónico. El 10 de setiembre cerrará con el Lacar.
Como tod@ deportista amateur la realización de estos proyectos es posible en gran parte gracias al aporte de la comunidad. Para colaborar con el proyecto se pueden realizar depósitos por Mercado Pago con el Alias: cruceinvierno7lagos o al CBU para banco: 0140428303624651169298 o alias camion.sorgo.poema
Podría marcar un Récord Guinness
El relevamiento del lugar en el que planea realizar su desafío y para el cual aplicó en el Record Guiness, lo realizó junto a Jonatan Millán, fundador de la Escuela Monte Hermoso Sup Surf y su pareja.
“En pandemia nos encontramos saliendo del agua y le pedí si me podía hacer la seguridad adentro del agua”, contó.
“Pensé, ‘Este pibe me tiene que acompañar’. Somos muy enérgicos para hacer cosas. De ahí surgió la unión y me acompañó con su equipo al cruce del Lakar”, dijo.
Si bien tiene sponsoreos privados y el apoyo de la comunidad los gastos son enormes por eso el equipo que la acompaña lo hace de forma voluntaria.
“Se sumaron porque creen en mí, les gusta lo que quiero mostrar, esto de ir más allá de los límites y creencias, romper con los estigmas y estereotipos como que si caés al agua fría te vas a morir”, dijo.
Con los cruces busca también ser precursora y abrir camino de forma responsable para los que vengan atrás en esta disciplina que se está formando en el país.
Daiana realiza entrenamientos en pileta pero también ha tenido que readaptarse a entrenar en el mar, por cuestiones propias de la pandemia y últimamente por un problema en la piel.
Por semana, realiza dos entrenamientos en pileta, tres en el mar –para adaptación al frío y en aguas abiertas-, dos entrenamientos de fuerza y aeróbico y tres clases de yoga y meditaciones para el enfoque mental.
Está entrenando para realizar 20 veces más la distancia que deberá nadar en los cruces.
“Ella me prepara para que, así salga Godzila o Nahuelito del agua, yo siga nadando”, dijo Daiana, quien tiene 36 años y trabaja en una casa de materiales para la construcción, en una empresa familiar.
Su última competencia fue en marzo de 2020, en Polonia, cuando quedó en tercer lugar en la general de 500 metros, con el agua a 4ºC.
“En enero de 2021 empecé a prepararme para el Lacar. Conocer a Jona -su compañero- me aportó muchísimo, hice un crecimiento exponencial”, señaló.
No siempre se llevó bien con el frío pero su metabolismo cambió y hoy se siente cómoda y capaz de pasar mucho tiempo en aguas heladas ya que logró encontrar un confort térmico y tiene muy buena resistencia y adaptación.
“Cuando le dije a mi familia, la primera vez, que me iba a meter al mar en invierno me dijeron ‘Vos estas mal, fíjate lo que vas a hacer, te vas a morir, no queremos’. Solo me desvestía para irme a dormir. Sufría mucho del frío”, dijo y aseguró que eso cambió cuando empezó con esta disciplina.
Los principales riesgos en este deporte están relacionados con el shock por exposición al frío que se da en los primeros momentos de entrar al agua.
“Puede haber aumento de pulsaciones, hiperventilación y dolor en las extremidades. Con el tiempo se incorpora como algo conocido y normal por la situación a la que se expone el cuerpo y se aprende a manejarlo”, confió.
En esos momentos de entrada al agua, el corazón debe bombear mucha cantidad de sangre para mantener la temperatura del cuerpo y luego las pulsaciones bajan con el frío.
“Es un deporte extremo pero trato de disminuir los riesgos a los que me expongo. Lo asumí porque me daba una posibilidad de mostrar de qué somos capaces, de animarnos a ir más allá de los límites prestablecidos”, señaló.
“Aprendí a termorregularme, a manejar la respiración para bajar pulsaciones y a no ignorar las señales del cuerpo si estoy complicada”, dijo.
“Siempre te sorprende lo que nuestro cuerpo es capaz de dar, es una máquina perfecta, es maravilloso, y si se lo acompaña de una mentalidad correcta y con responsabilidad tiene mucho para dar”, opinó.
El itinerario y las personas que la acompañan
Serán 21 días de cruces planificados, sujeto a modificaciones climáticas y un mes en el sur.
La acompañarán su entrenadora Victoria Mori, una de las primeras argentinas en competir de modo internacional y campeona mundial del km en la Antártida. También estará presente en el bote de acompañamiento su primer profesor de natación, Luis Sosa, quien además se encarga de la parte física fuera del agua. Jonatan Millán, su compañero en el deporte y en la vida, la acompañará remando en sup.
Otra de las acompañantes será su instructora de yoga Emilia Cortés quien se encargará de guiarla en la respiración, meditación y stretching y el musicoterapeuta Juan Nicolás Escalise, quien los acompañará con la música de una flauta.
Estarán presentes sus tíos Guillermo Ángeli y Laura Fernández, pendientes de los dispositivos de seguridad y las salidas del agua y el Mono Vera, deportista de alto rendimiento del sur.
“Es excelentísimo y múltiple ganador del tetratlón de San Martín de los Andes. Estará en kayak remando. Era uno de los descreídos y se ha convertido en mi padrino deportivo, le tengo mucho cariño”, expresó.
“Todo el tiempo me dicen que estoy loca o me preguntan ¿por qué lo hacés, con qué necesidad, pudiendo estar calentita en tu casa? Para mí responde a mi forma de demostrar que somos capaces de dar muchísimo, que si salís de una forma responsable de tu zona de confort podés hacer todo lo que tengas en mente”, dijo.
“El sur me regaló esas cosas. Cuando te animás a más, las cosas se van dando muy fácilmente. Si lo podés pensar, los podés hacer”, expresó.
“Una persona común y corriente como yo, que descubrió el deporte de grande, va a encarar algo que no se hizo nunca. Es inspirador hasta para mí. Lo hago con mucho amor y respeto”, dijo.
El apoyo de la familia, los amigos y su pareja es fundamental, no solo por las horas de entrenamiento sino por dedicar gran parte de la energía en conseguir los recursos monetarios, los elementos y personas adecuadas.
Escrita por Anahí González Pau
agonzalez@lanueva.com