La alimentación variada suele ser un problema no menor para las madres y los padres. Consejos para conseguirlo.
“Somos particularmente eficientes en distinguir el rojo del verde. Es principalmente el color de los alimentos que nos guía, y nuestros experimentos muestran cómo”, expresó posteriormente Rumiati.
Consejos
1) Predicar con el ejemplo: “Es clave que en casa se coman verduras; no pretendamos hacer que nuestros hijos coman algo que los adultos no consumen”. Tal el primer tip de la licenciada en Nutrición Laura Romano, quien agregó que además “todos en la mesa deben comer lo mismo, y si el niño no quiere las verduras, que igualmente las tenga en el plato”.
Es importante “ofrecerles variedad de verduras desde los seis meses, cuando empiezan a comer y nunca dejar de ofrecerlas, aunque digan que no les gustan”.
2) Hacer uso de los “alimentos remolcadores”. Son los alimentos “ricos” -y a veces no tan sanos, o que no solemos dar a los niños a diario- que pueden ayudar a comer algo que no gusta tanto.
“Si una cucharada de manteca hace que el niño coma un plato de chauchas, bienvenida sea. Quizás luego equiparás poniéndole aceite de oliva en lugar de manteca a un puré de papas -recomendó-. Y si vas a freír, freí vegetales que cuestan que acepten, como la coliflor”.
Romano aconsejó ofrecerles las verduras nuevas “con algo que ya conocen y les gusta”. Por ejemplo, a la pasta con brócoli o con espinaca se le agrega queso rallado o se la gratina con salsa blanca y eso la va a hacer mucho más sabrosa.
3) Disfrazar los nutrientes en formatos conocidos. En un muffin, por ejemplo, todo sabe más rico. Se los puede hacer salados, con las verduras mixeadas, o bien dulces, por ejemplo, con la preparación de una carrot cake.
Resulta conveniente poner en práctica algunas estrategias que, de cierto modo, “ocultan” esos vegetales que los chicos no quieren comer a priori. De esta forma, podría mejorarse la calidad de su nutrición y evitar batallas campales a la hora de la comida.
Cifras que preocupan
1. Sólo el 5% de los niños, niñas y adolescentes consumen de manera simultánea alimentos recomendados en cantidad frecuente (aceptable o adecuada).
2. En el extremo opuesto, el 38% los consume, también simultáneamente, en forma regular o inadecuada. El 57% tiene una alimentación de calidad media.
3. Cuando las verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, lácteos y carnes registran bajas frecuencias de consumo, la alimentación pierde calidad.
4. En el consumo de alimentos recomendados y no recomendados, las brechas más amplias ocurren en el consumo de legumbres, cereales, verduras y frutas.(LN)