Mientras Estados Unidos comenzaba a registrar resultados positivos de la nueva gestión de la pandemia iderada por el flamante Gobierno de Biden y la Unión Europea tomaba medidas para evitar nuevos retrasos en la aprobación y la llegada de vacunas, Nueva Zelanda -un país que parecía haber superado la epidemia- impuso una nueva cuarentena para frenar el último brote.
Mientras el mundo sumaba 350.000 nuevos casos de coronavirus y unos 10.000 fallecidos en las últimas 24 horas, lo que elevaba hoy los totales a 108,7 millones y 2,38 millones respectivamente, el país más golpeado por la pandemia, Estados Unidos, reportó más de 82.000, una cifra que no se veía desde finales de octubre, al inicio del tercer pico de contagios.
No obstante, a un mes del cambio de Gobierno, ya se vacunaron más de 50 millones de ciudadanos y la curva nacional de casos mantiene un descenso sostenido, que en Nueva York se reflejo con un descenso de la tasa de positividad a los niveles de noviembre pasado, según informó la cadena CNN.
También se experimentó en una leve mejora de la proyección que realiza el Instituto de Métricas y Evaluación de Salud (IHME, en inglés) de la Universidad de Washington, que había pronosticado que el país alcanzaría los 631.000 muertos por coronavirus para el 1 de junio próximo, pero hoy esa cifra se redujo a 614.500.
En el vecino México, tras registrar más de 1.200 muertos por la Covid-19, el presidente Andrés López Obrador anunció que su Gobierno ya compró 140 millones de dosis de vacunas para combatir la enfermedad y que prevé haber vacunado al menos con una dosis a los adultos mayores de 60 años para abril.
En paralelo, del otro lado del océano Atlántico, la UE prometió que acelerará el proceso de autorización de las vacunas adaptadas a las nuevas variantes de coronavirus, tras las críticas que recibió el bloque por demorarse en la aprobación y obtención de dosis en un continente con casi 35 millones de casos.