La infancia: el eslabón más vulnerable del ciberacoso

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Se conoció la noticia de que se implementarán nuevas funciones que permitirán a los usuarios establecer algunas características adicionales para proteger su experiencia navegando por internet y usando su buscador para encontrar información necesaria.

Los padres tienen en claro en estas y en mil otras ocasiones que son responsables de cuidar a los hijos. Esta medida de protección puede funcionar muy bien, pero hay otra cantidad de cosas que se pueden hacer para defenderlos del ciberdelito y el acoso.

Por empezar, nosotros mismos tenemos que ser más cuidadosos con lo que publicamos en nuestras redes sociales. Cuando publicamos una foto o un video de nuestro hijo estamos exponiendo su intimidad sin pensar en el impacto que va a tener en el futuro toda esa información personal online.

De hecho, Unicef remarca la necesidad de proteger la privacidad y la identidad de los niños en línea. “Ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia ni de ataques ilegales a su honra y a su reputación. El niño tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o ataques”, afirma el Artículo 16 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.

El fenómeno de exponer información privada de los hijos en Internet recibe el nombre de “sharenting”, que deriva de las palabras en inglés sharing (compartir) y parenting (criar). También existe el “oversharing”, en los casos donde nos encontramos con que hay una sobreexposición de los menores.

Al menos el 42% de los menores que han sido “ridiculizados” en internet pueden llegar a sentirse avergonzados por las publicaciones en las que se convirtieron en protagonistas sin haber brindado su consentimiento, de acuerdo con una encuesta llevada a cabo por Microsoft.

Cómo proteger a los chicos del ciberacoso

Teniendo en cuenta la protección que hay que hacer desde las propias manos maternales y paternales, también siempre hay posibilidad de que los chicos que ya tienen acceso a las redes y a Internet sufran ciberacoso.

El ciberacoso incluye tácticas como publicar comentarios maliciosos (incluyendo mensajes de texto), divulgar rumores, hacer amenazas, incitar al suicidio, hacerse pasar por otra persona al utilizar una cuenta falsa y crear una cuenta en las redes sociales para acosar a alguien.

Tipos de delitos

Grooming: un delito en el cual un adulto se hace pasar por un joven para engañarlo, a partir de lo cual se establece un lazo de confianza y empatía para obtener información, datos personales, fotos o videos que luego son usados para extorsión o acoso.

Estas conversaciones pueden durar incluso semanas o meses y comienzan, muchas veces, en salas online como juegos. Esta relación puede trasladarse a un encuentro presencial con un desenlace que puede ser muy traumático para el niño y su entorno.

Si hay pruebas de extorsión, ya existen mecanismos legales dentro de las webs y plataformas para canalizar denuncias, por eso se recomienda no eliminar chats o cualquier elemento probatorio.

Cyberbullying: consiste en compartir contenido que puede ser vergonzoso para otro niño o niña. Algunos ejemplos de cyberbullying son: difusión de fotos; hackeo de cuentas para suplantar la identidad; acoso con mensajes o intentos de comunicación no deseada; amenaza con material sensible que podría ridiculizar a la víctima; discriminación; apartamiento masivo de redes, juegos o Whatsapp sin motivos aparentes.

Muchas veces el impacto del ciberacoso se minimiza por la idea de que no hay una amenaza física: el acosador no está ahí y los chicos simplemente podrían evitar entrar a la red. Sin embargo, los expertos coinciden en que los jóvenes igualmente sienten el impacto real cuando las fotografías y los rumores en línea sobre ellos se propagan en su escuela, por ejemplo.

Aunque ha habido un cambio de mentalidad en cuanto a cómo abordar el ciberacoso y algunos estados han promulgado legislaciones más estrictas, todavía es un problema generalizado y varían los enfoques para combatirlo. Las escuelas cada vez más seguido están lidiando con el acoso con un enfoque de resolución de conflictos.

¿Y qué se puede hacer cómo padres?

– Reconocer las señales de alerta

Más de la mitad de los chicos, según estudios internacionales, no hablan del acoso. Por eso hay que estar atentos si parecen tristes o enojados cuando están en línea; si se produce un aumento o reducción brusca de sus ratos en Internet; si se vuelvan retraídos o se ponen ansiosos o cambian de ventana o apagan la computadora cuando el padre se acerca.

– Monitorear la actividad en Internet

Revisar con regularidad la actividad de los chicos en internet y la configuración de privacidad de sus cuentas en las redes sociales. (Infobae)

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